Sorbió el cristalino manjar de entre las palmas de sus manos, se irguió y dejó escapar un suspiro una vez .Oteó el horizonte, y supo que allí, en aquel remanso de paz, alborotado por el piar de las aves traviesas, sería un buen lugar para depositar su cansancio.
Entre sueños y delirios, pudo atisbar entre la delgada linea de la vida y la muerte, que el corazón se le detenía lentamente, su último pensamiento y su última mirada solo tuvo un destinatario
...
Es un misterio el destinatario de ese último pensamiento y esa última mirada... Lo que no es un misterio es que de tus versos brota una profunda sensibilidad. Muy lindo como escribes. Un gusto pasar por tu blog. Besos!!
ResponderEliminarTriste pasar de nuestra vida ...solitaria tal vez...pero en paz y quietud ...hermosa despedida cuya mirada fija guarda el secreto del final.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y felicitaciones por bello poema.