martes, 8 de enero de 2013

A un instante de arrepentimento

El rocío se mezclo entre sus  enredados cabellos
salpicados por briznas de hierba fresca.
De forma aleatoria, la piel se erizaba
y  la pasión bebida comenzó a evaporarse.
El sonido creaba eco en su conciencia
que ahora irrumpía con estruendo.
Tal vez todo fue una locura,
y era el momento de retroceder,
pero aun podía sentir en su boca
el dulzor de la pasión.


2 comentarios:

  1. Gracias por tu visita y dejar tu huella, con tu permiso me quedo.
    Un abrazo

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  2. Hermoso y sutil poema...la templanza será moderada por el alma hasta donde pueda y el corazón no se dañe..
    Gracias por visitarme ..con tu permiso me quedo a seguirte.
    Un cordial abrazo.
    Claro de Luna

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Tu gota es importante, cala muy dentro. Déjala caer..